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¿Cuándo dar mantenimiento a mi auto?

Debe realizarse cada cierto kilometraje que, dependiendo de la marca y el modelo del vehículo, viene determinado en el manual del fabricante, generalmente el primer mantenimiento se realiza a los 5.000 kilómetros y luego cada 10.000 kilómetros.

Batería

Generalmente, la batería tiene una duración dos a tres años, pero se debe tener precaución con el frío del invierno, que puede impedir el arranque si esta pieza no está nueva. 

Sistema de iluminación

Revisar periódicamente que todas las luces enciendan. Si existe una luz averiada, aparte de ganarte una multa de tránsito, te expones a sufrir algún accidente de tránsito por poca visibilidad.

Verificar los símbolos o testigos en el tablero:

Asegúrate que al momento de encender el auto, al cabo de unos segundos, se apaguen todas las luces del tablero, salvo las que tú actives, como el freno de estacionamiento o las luces delanteras. Si hay otro símbolo que quede encendido, está indicando que hay algún desperfecto en el vehículo que se debe revisar y solucionar a la brevedad. 

Chequeo de niveles

Revisar el nivel aceite, del líquido anticongelante y del líquido limpia parabrisas. Por básico que parezca, si descuidas el nivel de líquidos, como el aceite o el refrigerante, las piezas de tu carro pueden sufrir grandes averías que terminarán multiplicando tus gastos en reparaciones o refacciones. 

Estado de las llantas

Es importante comprobar la presión de aire y la profundidad del dibujo de las llantas. Es importante que las llantas tengan un desgaste uniforme en su dibujo y que no superen el desgaste máximo permitido (profundidad del dibujo de 1,6 mm).

Líquido de frenos

Este líquido no se desgasta con el tiempo, por eso es importante revisar que no haya una fuga que pueda generar problemas en el frenado y con ello, algún accidente. Revisa con nuestros asesores cuándo debes cambiar los discos y pastillas de frenos. 

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17 puntos básicos a revisar

El mantenimiento preventivo consiste en una revisión periódica, es decir, llevar tu auto al mecánico sin esperar que algo se descomponga. Es importante que realices esta rutina, ya que incluso es más seguro para ti y para las personas que transportas.

Cuidado rutinario de tu vehículo

Cada vehículo viene con un manual de instrucciones en donde se especifican cuáles son las actividades de mantenimiento preventivo que debes realizar y cómo hacerlas. Te sugerimos que revises ese documento y que sigas las instrucciones. De cualquier forma, te mencionamos las tareas más comunes para el mantenimiento preventivo de tu auto.

El momento para hacer este cambio depende de la marca y del modelo de tu auto. Por lo general, los cambios de filtros y de aceite deben hacerse entre los 15.000 y 25.000 kilómetros de recorrido.

Con el tiempo laspastillas y los discos de freno se van gastando debido al uso. Es muy importante para tu seguridad que verifiques si estos componentes se encuentran en perfecto estado. En el caso de las pastillas, estas se suelen desgastar y lo que debes revisar es su grosor. Deben tener al menos medio centímetro de espesor, si no deben ser cambiadas. Una forma simple para detectar daños es a través de los ruidos. Cuando las pastillas hacen ruido, es porque hay una fricción entre ellas y el disco.

Otra forma de notar desperfectos en los frenos es cuando al momento de conducir y presionar el freno, el vehículo realiza giros inesperados. Esto puede deberse a que el caliper está atorado, causando fricción en las ruedas; la manguera se encuentra rota, lo que disminuye la presión; o las pastillas están desgastadas.

Se puede detectar también cuando al pisar el freno, se sienten vibraciones; lo que quiere decir es que los discos están dañados y que no ejercen presión de manera uniforme. También se puede detectar una falla cuando se tiene la sensación de pedal irregular; es posible que esto ocurra debido a una falla en el sistema hidráulico por fugas de líquido. En este caso es mejor llevar el vehículo al servicio técnico.

Debes revisar cada cierto tiempo el estado de los neumáticos de tu vehículo. Verifica que cuenten con la presión de aire suficiente. Las llantas deben estar infladas. Además, deberás revisar cuán desgastados se encuentran los neumáticos y las bandas de rodadura.

Los amortiguadores proporcionan confort en la conducción y representan una garantía de seguridad ya que ayudan a controlar el vehículo a altas velocidades y en situaciones de riesgo. De ellos depende la suspensión, encargada de absorber las irregularidades del suelo y de asegurar que los neumáticos estén siempre en contacto con el firme. 

Diversos factores afectan progresivamente a su correcto funcionamiento: el estado de la carretera, la carga del vehículo, el kilometraje así como el frío, el calor y la humedad. Por tanto, es importantísimo que se revisen puntualmente en un taller de confianza o en caso de observar cualquier alteración. 

Si éstos se encuentran desajustados, el coche no se adaptará bien al asfalto, lo que ocasionará que, en determinadas situaciones, los neumáticos pierdan el contacto con la carretera, provocando un desgaste prematuro o desigual del neumático y un menor agarre que haga la conducción insegura. 

El sistema de iluminación del vehículo debe estar a la perfección. Cuando manejas, un elemento muy importante para tu seguridad y la de otros transeúntes es el buen estado de las luces. Debes revisar las luces preventivas y de emergencia, los faros de día, las luces largas y las luces cortas. No olvides además realizar una limpieza profunda a los focos del vehículo.

La correa de distribución es el elemento encargado de la sincronización de los 4 tiempos del motor (admisión, compresión, expansión y escape), la apertura y el cierre de las válvulas, así como con el encendido de las bujías en los motores de gasolina o la inyección en los motores diésel. 

Esta pieza merece especial atención por su importancia en el engranaje interno del motor, puesto que su mal funcionamiento puede generar un efecto dominó y afectar a otras partes del mismo. Además su rotura puede ocasionar una grave y cara avería en el motor. 

La mejor previsión es reponerla en base a los plazos aconsejados por el fabricante e incluso cambiarla preventivamente. La duración estimada de la correa de distribución está establecida en el libro de mantenimiento del coche, donde se recomienda un kilometraje máximo. 

Los lubricantes minimizan el desgaste de las piezas del motor, canalizan las partículas metálicas surgidas de ese desgaste hacia el filtro, ayudan a la refrigeración y evitan diminutas fugas en el circuito por sus propiedades sellantes. Por tanto, además de sustituirlo cuando indique el fabricante (entre 5.000 y 30.000 kilómetros, según modelo), hay que revisar su nivel con frecuencia. 

Al menos una vez al mes y siempre antes de un viaje largo. Si el nivel es bajo lo más apropiado es acudir directamente al taller y pedir un cambio de aceite. Los vehículos más antiguos, por lo general consumen más lubricante de lo esperado, en este caso conviene hacer el cambio cada menos kilómetros.

El refrigerante cumple una misión fundamental entre los líquidos del coche: por un parte se encarga de evitar la congelación del agua del circuito y por otra de expulsar parte del calor que genera la combustión, por lo que evita un sobrecalentamiento peligroso. Un exceso de temperatura podría fundir los pistones e incluso desencadenar una peligrosa explosión interna. 

El refrigerante está compuesto, habitualmente, de agua destilada y anticongelante concentrado, que también se encarga de que el líquido no se congele y estropee el circuito en invierno. En resumen, el refrigerante debe tener una temperatura de ebullición muy alta y una temperatura de congelación baja, aparte de propiedades anticorrosivas y antiincrustantes. Conviene comprobar su nivel con regularidad y reponerlo cuando sea necesario.

Se debe realizar esta revisión de mantenimiento preventivo con el motor encendido y la transmisión en pausa. Se debe agregar la cantidad indicada por el fabricante en el manual de instrucciones. Por lo general, el líquido de transmisión automática se suele cambiar cada 2 años o 24.000 millas.

Las baterías suelen durar en promedio 3 años, o como mucho 5 años si es que estamos hablando de baterías de buena calidad. Sin la batería funcionando, el auto tendrá problemas para arrancar, ya que no habrá energía suficiente para encender el motor. En el mantenimiento preventivo se debe revisar la batería, y sus conexiones deben encontrarse limpias, firmes y libres de corrosión, los cables también deben encontrarse en perfecto estado.

El 90% de la información que necesitamos para conducir la recibimos a través de la vista, por tanto, es crucial tener una buena visibilidad mientras se conduce. No en vano muchos de los accidentes suceden con malas condiciones de visión y bajo condiciones atmosféricas adversas, por lo que es importante tenerlos limpios y mantener las gomas de las escobillas en perfecto estado.

Las escobillas de los limpiaparabrisas son de goma, y por tanto los cambios bruscos de temperatura, las largas exposiciones al sol y el paso del tiempo juegan en su contra. Es normal que se deterioren, se deforme la goma o se endurezca el caucho y por ello desde Confortauto recomendamos el cambio de las escobillas cada 6 meses. Es un repuesto económico que nos garantizará la visibilidad que necesitamos para conducir con seguridad.

El filtro de aire de la cabina se debe reemplazar al menos una vez al año, aunque en zonas en que el aire está más contaminado, debe hacerse más veces. Se debe reemplazar en caso de que la calefacción o el aire acondicionado no funcionen correctamente.

Constantemente se debe comprobar que no existan fugas de escape en el vehículo. Se debe revisar todo el vehículo buscando que no existan ruidos ni olores extraños. Inspecciona todos los soportes y ganchos. Si encuentras un desperfecto, debes corregirlo inmediatamente, ya que las fugas pueden ser peligrosas.

Esta evaluación debe realizarse con el auto en caliente. Se debe medir la cantidad que queda en el vehículo. Si no es suficiente, debes añadir más del líquido correcto. Si ocurre demasiado a menudo que debes volver a rellenarlo, inspecciona desperfectos como fugas, o bien podría tratarse de que el líquido está contaminado; en ese caso se debe cambiar por completo.

Este componente debe ser reemplazado siguiendo las instrucciones del manual de usuario entregado por la marca. Los vehículos cuentan con un sensor de oxígeno que detecta los niveles de este elemento en el carro y se debe prestar atención a esta señal.

Las bujías son elementos que producen el encendido del combustible y el oxígeno de los cilindros. Estos pequeños componentes también deben ser revisados durante el mantenimiento preventivo. Por lo general estas piezas se suelen reemplazar entre las 30.000 y 100.000 millas, esta diferencia dependerá del vehículo y del tipo de bujías. En el manual de instrucciones encontrarás las especificaciones de cuándo deben ser reemplazadas según tu modelo.

Por supuesto que además de que el carro funcione bien, también es deseable que se vea en perfectas condiciones. Se debe cuidar que el acabado no se raye. Esto se puede prevenir utilizando exclusivamente productos especializados para el cuidado de automóviles. Se debe encerar al menos dos veces al año para proteger el acabado.

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